lunes, marzo 17, 2008

La Tregua

Hace rato no escribo. No es por flojera ni por ganas (créanme que las tengo).
Es que estos últimos meses he tenido el agrado de viajar con regularidad. Vacaciones a la casa de mis padres en Viña del Mar (que lo hablé en el blogg), invitaciones a Caldera y Copiapó, capacitaciones en Santiasco, son entre registros en mi bitácora de viaje.
El tiempo se me hace escaso. Prefiero arrancarme a campar a la playa ó disfrutar el camping de la caja los andes ó arrendar una cabaña en Pica (uuff que relax), que encerrarme en mi oficina o en algún “ciber café” de mala muerte, y perder, aunque sea parte, de mi fin de semana para actualizar el blogg.
Llego la primavera-verano y hay que aprovecharla. Siento que la vida, a mis 31 años de edad, se me escapa de las manos. El reloj de arena ya lo di vuelta.
No es que me sienta viejo, para nada - solo gordo- jajaja, pero ya no tengo los 18 años cuando llegue a Iquique.
El otro día "conversándonos un shop" en el mítico y mal ponderado Chache Shop (Vivar esquina Búlnes), con el profesor Normalista Manuel Villalobos, me contaba de su vida. Como fue y cambio su vida después de viudo. De sus fracasos, de sus errores, de su mujer, de sus hijos, etc.
Habiendo compartido un par de años con él, no sabía en su juventud fue seleccionado Iquiqueño de fútbol. Que defendió los colores de Iquique por gran parte del país.
Hace un par algunos años (no más de 3) quedo viudo. Estuve mal, no lo podía esconder, pero junto fuerzas y siguió adelante.
De sus hijos, 1 vive con él. Además de vivir con un joven que crió desde niño. El cual trabaja en minería.
Sus otros hijos están en Copenhague, Dinamarca. El cual visita cuando puede y lo invitan. Como él dice, con sueldos de profesores no llegaría ni hasta Chiloé...jajajaja.
Generalmente cada 4 años viaja a Dinamarca, y no tanto a visitar a su familia. Siempre aprovecha la instancia, y va a ver a nuestra selección nacional de fútbol cuando disputa algún mundial (como Francia ´98) o solo va a ver los partidos importantes como ocurrió el Alemania 2006.
Para mí, él es un tipo especial. Simpático, bonachón. Por su estatura pareciera que fuera el abuelo de Frodo (mide 1.60 aprox). Pese a sus 64 años es un tipo jovial, activo que en realidad no demuestra sus años.
Cuando estuve en Viña de Mar me traje de la casa de mis padres, entre otros, un libro llamado “La Tregua” del escritor Uruguayo Mario Benedetti.
Lo empecé a leer de inmediato al comenzar mi viaje de regreso a Iquique, e increíblemente lo terminé cuado llegue a mi casa a Iquique, es decir, lo lei en 2 horas y media de viaje. Ni yo me la creo. Fue tan fuerte la conexión con el libro que no pude dejar de leer.
La novela se desarrolla en Montevideo (Uruguay), de Febrero de 1958 a Mayo de 1959 Martín Santomé es un hombre viudo de 49 años que esta a punto de jubilarse y tiene en su vida un momento de "tregua". Su relación que sus 3 hijos ya mayores no es muy buena a causa de su obsesión por el trabajo. Martín comienza un romance con Laura Avellaneda, una joven de 24 años que entra a trabajar en su empresa, como una subordinada. Poco a poco la relación entre ellos va aumentando hasta que viven juntos en un apartamento, al paso del tiempo, Martín decide pedirle matrimonio cuando Laura a causa de una gripe deja de acudir a la oficina. Desgraciadamente Laura muere y Martín regresa a su vida aburrida y monótona de antes.
La estructura Toda la novela está escrita en forma de diario. Por lo que es una novela ágil, sin muchos bajones y descripciones narrativas latosas.
Al terminar de leer el libro fue inevitable no acordarme del querido viejo de mierda (con mucho cariño).
Al fin de semana siguiente le comenté sobre mi experiencia con el libro, y que al terminar de leer me había acordado de él. Conversamos un buen rato al respecto y le prometí que se lo pasaría para que lo leyera.
Al tiempo después nuevamente nos encontramos en nuestro habitual lugar de encuentro (Chache Shop) , y fue tal cual había previsto. Me comentó que por sus ojos vio “leer” su vida.