lunes, octubre 17, 2005

Mal Genio

El primer tema que escribí para el blogg fue “Como Empezar”, el cual se trataba del cuestionamiento de él o los temas que iba a escribir, a quien chucha le tenia de escribir y a quien mierda le iba a interesar las tonteras que iba a escribir??. Creo que ya empiezo a cuestionar de mi capacidad como bloggero. No por cosas que contar, si no que mi personalidad es introvertida y retraída (retraído pero para nada huevón), y muchas veces me cuesta poder expresar las cosas que quiero, necesito o pienso.

Hay días en los cuales estoy inspirado, busco la ocasión o me hago un espacio en mi trabajo para escribir y sin darme cuenta lo estoy haciendo cada vez más seguido, ya cuesta un poco menos.

Pero hay otros días en los cuales que no quiero de nada, como diría el chino Ríos “no estoy ni ahí”. Y sinceramente es así y si me huevean mucho puedo ser muy pesado, a veces inconscientemente se me pasa la mano y vivo dejando la caga en la pega (me pusieron "Grinch") y las personas que comparto, y sufro bastante (aunque no se note) cuando me pego la caga con una persona especial...en fin.

Traté de recordar si siempre fui tan mal genio pero no encuentro nada de ello, solo que siempre fui callado. Con mi hermano y nuestros primos Ana y José - que solo nos diferencia solo meses de edad entre nosotros - siempre nos pegábamos unas cagas más o menos. Vivían sacándonos la cresta por las locuras que hacíamos, porque sinceramente era para eso...matábamos las gallinas y patos de la Meche loca (gran personaje de Campanario) o le dábamos con el rifle de postones a los chanchos y animales varios que se cruzaban en nuestro camino, en verano nos robábamos las sandías y frutas de la estación en las chacras vecinas. Era de pura maldad ya que nuestras casas también se sembraban y cosechaban lo mismo, y nuestro deporte principal era montar chanchos. (lejos lo más entretenido que he hecho hasta ahora, aparte de andar en buggies)

Para nosotros era normal o natural llegar a la casa en estado deplorable, todos cochinos y embarrados con los mocos colgando, con la ropa toda sucia y rota y generalmente con alguna herida de “guerra”. Un pedazo de piel menos, algún corte producido con una lata oxidada, las rodillas peladas y sangrientas o un mechón de pelo menos que siempre se quedan enredados en los alambres púas.

Al final no encontré ningún indicio de que fuera tan gruñon, solo muy buenos recuerdos de infancia y quizás con el tiempo solo he madurado y puesto más viejo cascarrabias.